La faloplastia es una cirugía reconstructiva que busca crear un neofalo utilizando tejidos de otras partes del cuerpo, y es una opción para hombres transgénero y personas con ciertas condiciones médicas. Un aspecto crucial de esta intervención es su impacto en la salud sexual, especialmente en términos de sensibilidad y función eréctil.

Sensibilidad y función erógena

La restauración de la sensibilidad en el neofalo es un desafío significativo. La reconexión microquirúrgica de nervios puede tardar entre 6 y 9 meses en restablecer la sensación táctil y sexual, aunque existe el riesgo de que la sensibilidad sea parcial o no se recupere por completo. Muchos pacientes informan que su capacidad para experimentar orgasmos se mantiene o incluso mejora después de la cirugía, aunque algunos pueden encontrar más difícil alcanzarlos o, en raras ocasiones, no lograrlos.

Función eréctil y uso de prótesis

La función eréctil en el neofalo generalmente requiere la implantación de una prótesis peniana, ya que el tejido reconstruido no posee la capacidad natural de erección. La elección de una prótesis adecuada es esencial para lograr una función sexual satisfactoria. Es importante destacar que la faloplastia no afecta negativamente la función sexual; no genera impotencia ni pérdida de sensibilidad, y no altera la capacidad de procrear.

Complicaciones y consideraciones postoperatorias

Como en cualquier cirugía mayor, la faloplastia conlleva riesgos de complicaciones, como infecciones, problemas de cicatrización y pérdida de sensibilidad. La microcirugía ha mejorado la precisión en la reconexión de nervios y vasos sanguíneos, lo que ha reducido algunas de estas complicaciones. Sin embargo, la recuperación completa de la función sexual puede variar según el individuo y la técnica utilizada.

Conclusión

La faloplastia puede ofrecer mejoras significativas en la salud sexual de los pacientes, especialmente cuando se utilizan técnicas avanzadas de microcirugía y se seleccionan prótesis adecuadas. No obstante, es fundamental que los pacientes tengan expectativas realistas y comprendan que los resultados pueden variar. Una evaluación detallada y una comunicación abierta con el equipo médico son esenciales para lograr resultados satisfactorios en términos de salud sexual.