Siempre he pensado que la habilidad para vender no es solo para los que trabajan en ventas. Me explico, soy venezolano, inmigrante, 43 años, con un amor desmesurado por la tecnología y las cachapas con queso, pero he aprendido que saber vender es esencial, incluso en nuestro querido mundo del software o en el de la gastronomía internacional. ;)

Quiero hablarles de un tema que siempre genera controversia, y créanme, no me voy a andar por las ramas. ¿Qué pasa cuando el ego de un desarrollador es tan grande que no le permite ver la importancia de tener habilidades blandas, especialmente las comunicativas?

A ver, seamos sinceros: en la industria del software, a muchos nos han enseñado que el código es el rey, que mientras sepamos programar como dioses, lo demás no importa. Pero, ¡oh, sorpresa! El mundo real es mucho más complejo. No basta con ser un crack en Python o en JavaScript, también hay que saber comunicar lo que hacemos y venderlo. Sí, venderlo, porque aunque te parezca extraño, el código no se vende solo.

He visto colegas, y tal vez en algún momento fui uno de ellos, que se atrincheran detrás de sus líneas de código, sintiéndose intocables, como si la comunicación fuera una tarea para otros, para los "marketeros" o los "vendedores". Pero cuando llega el momento de presentar un producto, de transmitir esa idea brillante que se nos ocurrió a las 3 de la mañana, ¿qué pasa? Nos trabamos, nos frustramos, y al final, la idea se queda en la mente porque no supimos venderla.

Entiendo, la palabra "vender" tiene mala fama, sobre todo para quienes pensamos que nuestro trabajo debe hablar por sí solo. Pero aquí está la clave: si no sabes comunicar, si no sabes vender esa idea, ese proyecto o ese producto, todo ese trabajo que hiciste se queda en nada. No es suficiente con que tu código sea limpio, robusto y eficiente; si no logras que otros lo entiendan y lo valoren, es como si no existiera.

La verdad es que las habilidades blandas no son un adorno, son una necesidad. Y sí, sé que hay egos que se inflan como un globo cuando sugiero que deberían trabajar en su comunicación. Pero, amigos, no nos engañemos: ser un buen desarrollador no se trata solo de ser un ninja del código; se trata también de ser capaz de compartir, explicar, convencer y, por qué no, vender.

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Quiero escuchar sus opiniones, ¿piensan que exagero? ¿O creen que tal vez es hora de que los desarrolladores bajemos un poco el ego y comencemos a darle más importancia a esas cualidades que muchos subestiman? ¡Los leo!